Una noche demasiado oscura, el póster de una vieja película, un viaje a ninguna parte.
Después del suicidio de su padre, Roberto trata de rehacer su vida, abriéndose paso como masajista. Ha hecho amistad con una de sus clientas, una abuelita ciega que lo invita a tomar té después de cada sesión. A cambio, él le describe viejas fotos de viajes. Juntos vuelan.
Una noche, lo despierta el sonido del mar; solo que su casa queda lejos de la playa. El sonido lo lleva hasta el antiguo despacho de su padre. Allí hay el viejo póster de Lucía y el sexo. Contemplarlo le ayuda a superar su crisis con Alejandra, su pareja.
Impulsado por ese misterioso sonido, Roberto emprenderá un viaje hacia una Formentera idílica, poblada de recuerdos, encuentros inesperados y una belleza suspendida en el tiempo. Allí, Lucía y Olga lo enfrentarán a partes de sí mismo que creía enterradas.
Una novela íntima y poética donde realidad y fantasía se confunden como el mar y el cielo en el horizonte.
Para quienes disfrutan del misterio delicado de Murakami, la nostalgia sensual de Medem o los laberintos emocionales de Auster. Y para quienes saben escuchar el mar, incluso tierra adentro.
