Rogue One
Inicio esta reflexión sobre la película Rogue One con la advertencia de que contiene spoliers, así que, ¡estáis avisados!
Raramente, escribo sobre cine o teatro, pero en este caso, me mueve el hecho de que esta perla es tan rara, que he necesitado algunos días para que su impacto calara del todo en mí, y, ahora, siento la necesidad de ponerlo por escrito. Supongo que el hecho de que Star Wars haya formado parte de mi vida desde pequeño y de que Rogue One conecte directamente con el Episodio IV de una manera tan directa, ha tenido mucho que ver.
Raramente, escribo sobre cine o teatro, pero en este caso, me mueve el hecho de que esta perla es tan rara, que he necesitado algunos días para que su impacto calara del todo en mí, y, ahora, siento la necesidad de ponerlo por escrito. Supongo que el hecho de que Star Wars haya formado parte de mi vida desde pequeño y de que Rogue One conecte directamente con el Episodio IV de una manera tan directa, ha tenido mucho que ver.
Al contrario de lo que se podría pensar por su presupuesto y medios, la estrategia de Rogue One no es la de las grandes películas. Su idiosincrasia tampoco es la épica, ni el viaje del héroe, ni la redención ni nada por el estilo. Simplemente, Rogue One va de gente insignificante que muere por una causa justa sin que a nadie le importe. Cierto que los personajes tienen su interés y su pequeño viaje, pero no son entrañables, ni nos conmueven, ni nos entran ganas de ser como ellos. Por el contrario, Rogue One es una gran lupa que cuenta una historia secundaria, y creo que esta es la razón de su acierto. Porque su pequeñez nos permite que, a la vez que la estamos viendo, estemos recordando y restaurando la grandeza de las otras películas. El resultado es un juego de espejos, alusiones y memoria.
Me explico.
La saga Star Wars, forma parte de tal manera de la cultura popular y de nuestro subconsciente que casi se había convertido en una parodia de ella misma; hasta el punto que ver los episodios IV, V y VI en la actualidad podía tener un aspecto cómico, debido a la reiteración y al paso del tiempo.
Me explico.
La saga Star Wars, forma parte de tal manera de la cultura popular y de nuestro subconsciente que casi se había convertido en una parodia de ella misma; hasta el punto que ver los episodios IV, V y VI en la actualidad podía tener un aspecto cómico, debido a la reiteración y al paso del tiempo.
Lo genial de Rogue One es que redimensiona toda la historia y hace que los episodios antiguos recuperen el peso que tenían, pero que habían perdido. Eso lo consigue planteando un universo en el que los Jedhi han desaparecido del mapa y su filosofía solo se conserva de manera embrionaria en el personaje de Chirrut Îmwe, el genial monje-guerrero que no puede ver. Sin embargo, esencialmente, es un universo de donde la fuerza ha sido desterrada. Así pues, aunque los protagonistas de Rogue One, consiguen su objetivo (obtener los planos de la Estrella de la Muerte), podemos ver que están claramente incapacitados para detener al lado oscuro. Es en este sentido que digo que la función de la película es restablecedora; porque devuelve todo el poderío a la Estrella de la Muerte y a Darth Vader. Así, cuando este, en la escena final, elimina a un escuadrón de rebeldes, entendemos su fuerza como mágica y brutal. El poder de Vader y el arma que saca, un sable láser (que no habíamos visto en toda la película) hace que te sorprendas deseando la llegada de Luke, Obi-Wan, Yoda y todos los demás. De golpe, esos personajes que recordábamos con condescendencia, casi con paternalismo, vuelven a retomar su condición de héroes.
La película está llena de este tipo de cosas…
Otro ejemplo, que como fans seguro que pillasteis, es el momento en el que se produce la muerte de uno de los pilotos X-Wing del escuadrón Rojo, en concreto Rojo 5. La cámara se detiene unos instantes más en este personaje, casi anónimo, que en los otros.
¿Por qué?
Porque quien ocupará su puesto en el Episodio IV será el propio Luke Skywalker. De golpe las dos películas se proyectan en paralelo en tu cerebro, y entiendes el peligro y el mérito del Jedhi.
Tuve la buena o mala suerte de recibir un mensaje cuando estaba en la cola del cine, a punto de entrar a ver la película. Un amigo me comunicaba la muerte de Carrie Fisher. Así que la vi con una sensación muy rara. Por suerte, el final de Rogue One no podía ser un homenaje más redondo: Leia recibiendo los planos robados de la Estrella de la Muerte y, de nuevo, su voz resonando en nuestra cabeza: «mucha gente murió para conseguir esta información» (Episodio IV); ahora podemos entender que eso significó perder una flota entera poniendo en peligro la Alianza Rebelde en una lucha agónica en Scarif.
Ahora sí, ahora entendemos el título del Episodio IV:
Una nueva esperanza.
La película está llena de este tipo de cosas…
Otro ejemplo, que como fans seguro que pillasteis, es el momento en el que se produce la muerte de uno de los pilotos X-Wing del escuadrón Rojo, en concreto Rojo 5. La cámara se detiene unos instantes más en este personaje, casi anónimo, que en los otros.
¿Por qué?
Porque quien ocupará su puesto en el Episodio IV será el propio Luke Skywalker. De golpe las dos películas se proyectan en paralelo en tu cerebro, y entiendes el peligro y el mérito del Jedhi.
Tuve la buena o mala suerte de recibir un mensaje cuando estaba en la cola del cine, a punto de entrar a ver la película. Un amigo me comunicaba la muerte de Carrie Fisher. Así que la vi con una sensación muy rara. Por suerte, el final de Rogue One no podía ser un homenaje más redondo: Leia recibiendo los planos robados de la Estrella de la Muerte y, de nuevo, su voz resonando en nuestra cabeza: «mucha gente murió para conseguir esta información» (Episodio IV); ahora podemos entender que eso significó perder una flota entera poniendo en peligro la Alianza Rebelde en una lucha agónica en Scarif.
Ahora sí, ahora entendemos el título del Episodio IV:
Una nueva esperanza.
Artur R.
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